Juan Ángel: 11 años dando estilo a la historia de la Peluquería Francesa

Letro histórico ubicado en el frontis de la Peluquería Francesa (Fotografía por Indigo Prado).

La Peluquería Francesa es un referente de la peluquería clásica chilena y un símbolo de la integración entre patrimonio y modernidad. Un futuro lleno de tradición en la Peluquería Francesa, nos cuenta cómo llegó a formar parte de esta histórica institución y cómo ha sido testigo de su evolución.

Un nuevo aire para la Peluquería Francesa

Juan Ángel llegó a la Peluquería Francesa en 2014, justo cuando la institución necesitaba una renovación. El establecimiento, que en sus primeros años fue un referente para los sectores más tradicionales de la sociedad chilena, requería un impulso creativo para mantenerse vigente en un contexto cada vez más globalizado y moderno.

Juan Ángel comenta que “los peluqueros anteriores eran mayores, por lo que se necesitaba una reestructuración. Yo estaba terminando mis estudios en la academia Faundez y me fueron a buscar allá, ya que me consideraban parte de la peluquería clásica chilena”, explica el peluquero.

El equipo de la peluquería está compuesto por cinco personas: cuatro peluqueros y una recepcionista, quienes no solo tienen un dominio técnico, sino también una profunda comprensión de la importancia histórica y cultural del lugar.

El barbero sostiene que “como es un lugar turístico, tener la capacidad de ser acogedor es clave. La gente no solo viene a cortarse el cabello, sino que también disfruta del ambiente y la historia que envuelven a la Peluquería Francesa”, comenta Juan Ángel.

Un corte de pelo con historia

La Peluquería Francesa no es solo un espacio para cortes de cabello, sino que se ha convertido en un punto de referencia para quienes buscan una experiencia única. A lo largo de los años, ha mantenido su enfoque en los servicios clásicos, aquellos que han perdurado a lo largo del tiempo.

“Lo que diferencia a este lugar es, sin duda, su antigüedad y la historia que lo respalda. Además, seguimos ofreciendo servicios tradicionales, como el afeitado de barba con toallas calientes, algo que en otros sitios se ha perdido“, señala Juan Ángel.

Fotografía del interior de la Peluquería Francesa, donde se muestra a nuestro entrevistado, Juan Ángel, cortando el pelo a un cliente (Fotografía de Indigo Prado).

La clientela de la Peluquería Francesa es, como el propio lugar, muy ecléctica. Desde turistas internacionales hasta residentes locales, el abanico de estilos y expectativas es amplio.

“Tenemos clientes que buscan el corte clásico, que antaño se llamaba ‘regular corto’ o ‘regular largo’, pero con la llegada de colegas de otros países, también ofrecemos cortes más urbanos, lo que atrae a un público más joven“, comenta el peluquero.

Anécdotas que marcan la diferencia

A lo largo de su carrera en la Peluquería Francesa, Juan Ángel ha tenido la oportunidad de conocer a personajes históricos y políticos, lo que le ha permitido vivir anécdotas memorables.

Cuenta, “recuerdo un día que estaba cortando a un hombre que me parecía familiar, y resulta que era el Ministro de Salud durante el gobierno de Salvador Allende, quien había creado el programa del ‘medio litro de leche’. Estaba siendo entrevistado por un canal de televisión, y de repente, se integró a la entrevista. ¡Al final, se robó la noticia! Eso fue algo histórico“, relata entre risas.

Retrato de Juan Ángel, peluquero desde hace once años en la Peluquería Francesa (Fotografía por Indigo Prado).

Aunque, más allá de las anécdotas, lo que realmente le importa a Juan Ángel es el legado que la Peluquería Francesa dejará a las futuras generaciones.

Con 168 años de historia, el lugar sigue siendo un ícono en la ciudad y un punto de encuentro para quienes desean conocer la Santiago más tradicional.

Un futuro lleno de tradición en la Peluquería Francesa

Juan Ángel tiene una visión optimista sobre el futuro de la Peluquería Francesa. “La peluquería está marcada por su historia, pero también está muy conectada con el turismo. Todos los días recibimos visitantes de diferentes partes del mundo, y si no está ocupada por clientes que se cortan el cabello, está siendo visitada por grupos turísticos que la consideran una parada imprescindible en el Barrio Yungay”, afirma.

En cuanto al volumen de trabajo, Juan Ángel realiza en promedio 10 cortes al día, lo que equivale a unos 300 cortes mensuales. A pesar de la demanda, el compromiso con la calidad y el servicio sigue siendo su prioridad. “Cada corte es una oportunidad para mantener viva la tradición y ofrecer algo más que un simple servicio: una experiencia”, asegura.

A medida que la Peluquería Francesa se adentra en su segundo siglo de existencia, su capacidad para fusionar historia, tradición y creatividad la mantiene como un referente en Santiago. Y mientras Juan Ángel siga detrás de la silla, este legado parece estar más asegurado que nunca.